

La transición a un desarrollo sustentable con bajos niveles de emisiones de Gases de Efecto Invernadero requiere de una rápida expansión de energía renovable, lo que supone un aumento de las inversiones en este tipo de proyectos. Por ello, es necesario promover el uso de mejores prácticas para proteger el medio ambiente al tiempo que se respeten y protejan los derechos humanos de las comunidades. Así, los proyectos de energías renovables deben incorporar en su planeación e implementación el respeto a los derechos humanos como un elemento clave para transitar hacia un futuro justo y limpio.
Los principios Rectores en Derechos Humanos se elaboraron para poner en marcha el Marco para “proteger, respetar y remediar” el cual se apoya en 3 pilares fundamentales:
El uso de energía renovable es una medida indispensable para hacer frente al cambio climático, además de que pretenden suplir con la demanda energética del país, reduciendo los contaminantes desprendidos de las fuentes térmicas. No obstante, hay que considerar que durante el diseño y la ejecución de estos proyectos se debe respetar tanto la legislación aplicable, así como los derechos humanos, garantizando así un desarrollo sostenible para el país.
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